A María Bruguera…
Casi ha pasado una generación desde tu pérdida, cuando nos viene a la memoria tu imagen de fragilidad y a la vez de entereza y dignidad. Eras un ejemplo vivo de aquella generación de mujeres que entregaron lo mejor de sus años juveniles para hacer de este país un mundo mejor; a pesar de todos los avatares que rodearon tu vida nunca desfalleciste, eras incansable, tenaz y el alma de la revista de Mujeres Libertarias que de no ser por ti nunca se hubiera vuelto a publicar.
María, querida compañera nuestra, luz de nuestro Sindicato, nos mostrabas siempre la senda que debíamos seguir con esa paciencia , esa serenidad y esa dulzura de la que siempre hiciste gala hasta en los peores momentos de tu vida, a nosotras tan jóvenes, tan impetuosas y tan inexpertas, ¡con que tenacidad nos ibas enseñando el camino! . Tu actitud ante la vida era el mejor ejemplo que pudimos recibir de tí las generaciones más jóvenes, siempre con la mirada puesta en el futuro, siempre enseñándonos los pasos paciente y dulce, serena , estabas forjada con el temple de esas mujeres incombustibles y anónimas que olvidadas por historiadores, intelectuales y otros nunca figurarán en los libros de Historia pero que escribieron con sus vidas una de las mejores páginas de las mujeres de esta tierra nuestra para transformar la sociedad en una sociedad más justa , más libre y más igualitaria. Nunca figuraste en los libros, nunca te hicieron homenajes pero mientras exista la memoria estarás viva siempre entre nosotros y serás una luz para futuras generaciones.
Bibliografía:
(Historia de María Bruguera. Mujeres Libertarias, número catorce)